SEIS AÑOS DEL PAGO DE UNA MEGALOMANÍA

11M, hace seis años que Al Qaeda nos pasó la factura de las dichosas fotos de las Azores y los delirios de grandeza de alguien que a su poca talla física, que al fin y al cabo es lo de menos y con unas alzas en los zapatos se solucionaba, añadía a sus "virtudes" una pequeñísima talla moral y una no menos talla política. Cuando lo veía con Busch me recordaba al pequeñajo de nariz roja que acompaña siempre al malo grande de "Erase una vez el hombre".
Los delirios de grandeza de este individuo acabó con la vida de 192 personas y destrozó la de otro montón de ellas que arrastrarán toda su vida taras físicas o psiquicas o de las dos y encima demostró su ruindad queriéndonos engañar achacándole el atentado a ETA. El sabía perfectamente que si se demostraba que había sido Al Qaeda peligraba el triunfo de su partido, como así pasó, en las elecciones que habían de celebrarse tres días después, por eso intentaron por todos los medios lícitos e ilícitos que no se supiera la verdad. No hay que olvidar que el pueblo español se había manifestado mayoritariamente en contra de la política guerrera de Aznar.
Después a lo largo de estos seis años el ex presidente del gobierno ha seguido demostrando su talla moral intentando ensuciar la imagen del gobierno español en cualquier ámbito internacional, llenando sus alforjas de euros a costa de los "favores" que prestó al imperio. Ningún ex presidente del gobierno de la democracia española ha manifestado un ansia de rencor y revanchismo como José María Aznar. Todos después de dejar el gobierno han mantenido una imagen apartada de los medios y respetando al gobierno que le ha sucedido.
Ya en el colmo de su egocentrismo es capaz de hacer actos obscenos a gente que pudiera estar manifestándose de forma inadecuada pero se supone que tenía que estar a la altura de lo que ha representado, a Felipe González también le montaron una igual en otra conferencia en la universidad sabiendo estar en todo momento en su sitio, pero claro cuando hablamos de los demás ex-presidentes hablamos de grandes personalidades políticas y este ha demostrado no estar a su altura ni física ni moralmente.
Hoy que tanto se cuestiona la política exterior española, no debemos olvidar a donde nos llevó la de ellos. A una guerra cuyos motivos alegados todos sabíamos que eran mentira y a hacerle el juego a un presidente del imperio que lo único que quería era que sus amigos de la induastria armamentística estadounidense se pusieran las botas a costa de la sangre de los que fueran necesarios.