Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor, no estoy yo muy seguro del todo de que eso sea así, pero si es cierto que cuando miramos atrás en el tiempo y recordamos aquellos años en que como dice Serrat en una de sus letras "aún teníamos el alma sin medias suelas" no podemos por menos que verlo con nostalgia y cierta idealización.
Esto nos pasa con muchas y el uno de mayo no iba a ser una excepción. ¡Que distinto lo vivido este domingo pasado con los unos de mayos de hace veinticinco o treinta años¡. Aquellos unos de mayos donde no tenían que convocar las manifestaciones reivindicantes solo en las capitales de provincia, sino que también cada pueblo tenía la suya y tan numerosa o mas que las provinciales de hoy. Aquellos unos de mayos, donde los sindicalistas salían orgullosos a la calle encabezando las manifestaciones, con las pancartas de cada una de sus centrales, arropados y aplaudidos por multitud de afiliados y simpatizantes, no escudados, silbados, con la cabeza gacha y avergonzados por el flaco favor que hacen a los trabajadores con sus reiteradas bajadas de pantalones ante la patronal y gobierno.
Aunque hay que ser ecuánimes y lo mismo que hay que reconocer que estos no son "aquellos sindicalistas luchadores" que nos los han cambiado, también hay que reconocer que nosotros, los trabajadores, tampoco somos "aquellos trabajadores, bragados y endurecidos en las luchas por sus derechos" que también nos han aborregado, quitándonos la bravura con cuatro migajas, que no son sino las sobras o el desperdicio de las grandes comilonas que políticos, sindicalistas y empresarios se dan a costa nuestra. Y que siga viviendo la gracia de Andalucía, aunque ya sin pasaporte de emigración.......
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