HAY VECES QUE UNO SIENTE VERGÜENZA AJENA

Hubo un tiempo en que Palma del Río era un referente para toda la provincia e incluso para toda Andalucía por la defensa que hacían los trabajadores agrícolas palmeños de sus derechos.
Eran tiempos difíciles, con muy poco trabajo y muy estacional, campaña de remolacha, campaña de algodón y campaña de naranjas, esta última en nada tenía que ver con la cantidad de trabajo que da ahora. Eran también tiempos de mucha mas necesidad que ahora y sin embargo sus trabajadores consiguieron que Palma fuera conocida en la provincia como Palma de Oro, porque aquí se ganaba en el campo casi el doble que en toda la provincia, eso no lo consiguieron los trabajadores agachando la cabeza y conformándose con todo, lo consiguieron a base de parar las campañas, haciendo de Palma casi una base permanente de los antidisturbios y recibiendo mas de un palo de estos, por lo que también era conocida en la provincia como la Rusia Chica y lo mas dificil, lo consiguieron en una dictadura y en una incipiente democracia.
Hoy, con mas de treinta años de presunta democracia a nuestras espaldas, uno siente vergüenza ajena cuando se entera en las condiciones en que están trabajando los actuales trabajadores agrícolas y todavía siente uno mas vergüenza cuando lee los ataques que entre sí se lanzan estos trabajadores, por eso de si yo soy de Sunaran y yo soy de Guadex, o por si tu eres extranjero y yo soy de Palma.
En mitad del tajo, lo primero que teníamos que tener en cuenta, es que todos somos trabajadores y trabajadoras, como es correcto decir ahora, que todo se pega menos lo bonito. Nunca y digo nunca, no ahora que pintan bastos, deberíamos haber permitido que a los trabajadores extranjeros se les explotara de todas las formas posibles, cuando esto a nadie nos importaba porque había trabajo de sobra y nosotros estábamos en casita a las once de la mañana, nosotros nos teníamos que haber preocupado de que estas personas cobraran el salario oficial, de que estas personas trabajaran el tiempo estipulado, pero entonces no nos importó lo mas mínimo.
Hoy los siguen explotando lo mismo, para ellos nada ha cambiado, y por eso no comprenden como una cosa que para todo el mundo hace tres o cuatro años era de lo mas normal, hoy sea considerado como un crimen y ellos que eran y siguen siendo las víctimas sean poco menos que demonizados.
Todavía hay quien esto lo justifica con múltiples razones, porque si tenemos una cosa común casi todas las personas es que nuestras desgracias son siempre culpa de los demás, nunca de nosotros mismos. Si no hay extranjeros por medio, pues nos inventamos otra barrera, en este caso, nos dividimos por marcas y somos o de Sunaran, o de Guadex, o de Zamexfruit, o de Necfruit, o del coño la Bernardafruit y nos dedicamos a tirarnos mierda unos trabajadores a otros, en vez de luchar por erradicar las injusticias y los abusos que están cometiendo con todos nosotros.
No debemos olvidarnos que si lo que nos repartimos es una mierda, esta puede ser todo lo grande que sea, que al final lo que pillaremos será un trozo mas grande o mas chico, pero no dejará de ser un pedazo de mierda, mientras dejamos que la tarta se la coman los de siempre.
Eso sí, para poder participar de un trozo de tarta, hay que pelear por él y ponerse como objetivo conseguirlo, cueste lo que cueste y duela lo que duela, en la vida para los trabajadores pocas cosas han sido gratis. Todo lo que se ha conseguido ha costado mucho dolor y esfuerzo y se consiguieron muchas cosas, como no se consigue nada es agachándose, porque como se dice popularmente "mientras mas te agachas, mas se te ve el culo" y mas facil se lo pones para el que quiere darte por él.
No nos escudemos en excusas fáciles, los problemas siempre han sido los mismos, lo que ha variado ha sido la forma de afrontarlos y aunque parezca que se nos va a caer el mundo encima porque nos dejen parados unos días, si todos estamos unidos al final merecerá la pena, económicamente nos irá mejor y podremos recuperar nuestra dignidad de persona, que últimamente la estamos entregando a muy bajo precio, cuando no gratis.