Esta tarde y noche para los mas pequeños es una tarde-noche mágica. En primer lugar tienen el privilegio de ver a los "propios reyes" por las calles de Palma del Río (si el tiempo no lo impide, que últimamente está por joderlo todo) lanzándole caramelos, algún que otro juguetillo y sobretodo lanzándoles algo que se ve claramente reflejado en sus caras, sorpresa e ilusión.
Es todo un espectáculo ver las caritas de los mas pequeños cuando están presenciando la cabalgata, con su boquita abierta, constatando una ilusión y viendo como una realidad, lo que sus padres les han contado de los Reyes Magos.
Estos niños con edades que van desde los tres o cuatro años hasta los siete, mas o menos, que todavía tienen plenitud de inocencia y que están viendo a Melchor, Gaspar y Baltasar en persona, que están viendo a esos Reyes Magos que después le dejarán en sus casas un montón de juguetes y todavía le preguntan a sus padres como pueden entrar en la casa, si estaba cerrada y sus padres les explican por enésima vez, que eso es posible precisamente por eso porque son Magos y para ellos no hay nada imposible.
Qué bonitas son estas edades cuando, como decía Serrat, todavía se tiene el alma sin medias suelas, el depósito de la inocencia a tope y el privilegio de poder creer en los Reyes Magos.
Intentemos que estos niños puedan creer estas cosas el mayor tiempo posible, que ya tendrán tiempo de darse cuenta que en este mundo lo único mágico que hay en muchas ocasiones, es poder seguir tirando hacia adelante día a día.
miércoles, 5 de enero de 2011
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