SIGUIENDO CON LO DE LA LIBERTAD DE PRENSA

Ahora resulta que en España todó el mundo luchó por conseguir todas las libertades habidas y por haber. Mentira cochina, a la mayoría de los que se les llena la boca diciendo " con lo que luchamos por", jamás en tiempos de la dictadura se les vió el pelo, incluso en los primeros tiempos de la transición, por aquello que que no se sabía en que iba a terminar aquel invento, de definían muy a las claras.
Aún así, se les llena la boca hablando de "sus luchas por la democracia". Vale le aceptamos barco como animal acuático, que si que de acuerdo, que ellos luchaban en las sombras, de incognito y por eso aparte de ellos nadie mas lo puede afirmar.
Le aceptamos tragarnos esa rueda de molino y los consideramos luchadores incansables por que en España hubiera libertades y ahora la regunta es la siguiente: si tanto lucharon estos señores y señoras por la democracia ¿por qué ahora que está medianamente implantada no se comportan como verdaderos demócratas?, ¿por qué boicotean a asociaciones, colectivos, periodistas o particulares, que no aceptan sin rechistar lo que ellos dicen?, en definitiva, ¿por qué a ellos, viejos y viejas adalides de libertades, les molesta tanto que no se les diga "si bwana"?, ¿donde dejaron olvidado su ardor democrático?, ¿acaso lo han perdido con la edad, como han perdido otros ardores?.
Lo anterior no es una cosa genérica, me estoy refiriendo a las personas que hoy, ayer, anteayer y así casi hasta la noche de los tiempos, nos están gobernando en Palma del Río. A esos socialistas de boquilla, muchos montados en este carro por el simple hecho de ser carro ganador. A estos socialistas que solo en los primeros tiempos se les vieron atisbos de demócratas y que de bastante tiempo a esta parte, su comportamiento es mas propio de dictadores que de personas que dicen que en alguna ocasión de su vida lucharon por las libertades.
Quieren controlarlo todo, prensa (escrita, hablada y televisiva), asociaciones (deportivas, culturales, ciudadanas, benéficas) y si alguien o alguian tiene la osadía de querer contradecirles y no bailarles el agua, se puede dar por muerto, todavía socialmente hablando, se entiende.