Pertenezco a una familia en la que como en otras muchas los hermanos hemos tenido distinta suerte en la vida. Los habemos que por estudios y un poco de suerte tenemos una posición mas desahogada y otros que no han tenido tanta suerte, están en una posición económica menos cómoda. Eso pasa en muchas familias de origen humilde, que al no tener enchufes, ni nadie de la familia con puesto en el ayuntamiento que puedan dejar en herencia a sus hijos, pues solo con mucho esfuerzo y bastante suerte se puede progresar.
En mi familia, mis padres han puesto cada uno de su parte todo el esfuerzo posible para que todos pudiéramos seguir adelante con la división del trabajo de las familias clásicas, mi padre trabajando como un negro para que sus hijos pudieran tener una vida mejor que la suya, mi madre siendo el alma de la casa, la que estaba, está y estará siempre pendiente del bienestar de su familia, de que todos sigamos unidos ( los que hemos tenido mas suerte en la vida y los que no), alegrándose de nuestros éxitos y preocupándose y ayudando dentro de sus posibilidades a los menos favorecidos.
Nunca se ha preocupado de ella y el mejor regalo que a ella podemos hacerle, el que mas feliz le hace, es preguntarle por nuestros otros hermanos y cuando nos cuenta que este o aquella necesita algo, hacérselo llegar a través de ella para no dar imagen de prepotente, entonces podemos ver en su cara una felicidad plena y unas lágrimas de alegría asomando a sus ojos, satisfecha de comprobar que su misión de madre había sido un éxito con nosotros.
Todo esto lo ha logrado a base de darnos lecciones sin palabras, recuerdo hace ya algunos años, cuando todavía las cosas se tasaban en pesetas, que una hermana mía le regaló para Navidades un jamón de pata negra, en mi casa no sabían que estas cosas existían y comprobamos que en dos otres días el jamón casi estaba en el hueso. Supimos sin preguntar que todos los demás habían probado por primera vez en su vida este delicioso manjar y nos quedó la duda ya que nunca se lo hemos preguntado si ella llegó a probarlo.
Hablamos del tema mi hermana y yo, y comprendimos que para Navidades o para cualquier fiesta familiar lo mejor que podemos hacer para que mi madre y mi padre sean felices, es reunirnos todos en su casa y que nos vean unidos, hechos la gran familia que ellos cuando eran mas jóvenes soñaron y que han conseguido.
Viene esto a cuento del gran y multitudinario acto de ayer, la Coronación de la Virgen de Belén, no me parece ni bien ni mal, solo digo que no puede ser el mejor regalo para una madre una corona de oro, cuando hay tantos hijos suyos que tienen carencias y necesidades. Yo esperaba alguna manifestación por parte de ella y quiero interpretar que la ligera lluvia que nos ha caido esta noche, no es otra cosa que las lágrimas de decepción de la Virgen de Belen cuando se ha quedado sola y nadie la miraba, por si esto no fuera así, sigo diciendo que actos como este hacen que quiera y admire, mas si cabe, a mi madre, la que nos parió a mí y a mis hermanos, la que ha conseguido con su ejemplo que seamos una familia de verdad y solidarios entre todos los hermanos, frente a esto lo de ayer no deja de ser pura parafernalia.
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Impresionante. A tus pies tio. Increible comentario el tuyo.
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