CORRUPCIÓN MUNICIPAL

La corrupción en España ha dado tanto que hablar que ya ha dado hasta para escribir libros por sectores. Con el título de Corrupción Municipal, la Editorial Almuzara presenta un trabajo de José Manuel Urquiza, abogado que en su momento hizo sus pinitos políticos y que en palabras suyas dice que él tenía muy claro que la abogacía era su trabajo y su forma de ganarse la vida y que entró en política con la vana ilusión de aportar algo a la sociedad, pero cuando vio las zancadillas y los chanchullos que en la política había, cortó por lo sano y secillamente dejó la política.
En este libro, el autor hace un análisis del por qué de la corrupción que afecta a todos los partidos, de como los partidos en vez de atajarla de raiz la silencian, la ocultan y la protegen. La razón es que es una forma de tener controlados y serviles a sus cargos, ya que los partidos políticos no cogen para mandos intermedios o para concejales a los mas capacitados, sino a los mas serviles, que suelen ser casi siempre los mas ineptos y los mas ambiciosos. Personas por lo general sin oficio ni beneficio, que hacen de la política municipal o provincial su profesión y su forma de vivir lo mejor posible y ya si de paso les cae algo que pueda engordar su patrimonio pues miel sobre hojuelas. Lo único que tienen que hacer estos "politiquillos profesionales" es no molestar a sus superiores y apoyarlos sin condiciones y estos en pago les permiten sus chanchullos y los defienden, incluso judicialmente si hace falta, que para eso el partido tiene un gran equipo jurídico y amigos por todas partes, hasta en los juzgados.
Todo esto ha hecho que las personas mas o menos honradas hayan salido echando leches de los partidos y se han quedado estos trepas de pocos escrúpulos, que lo único que les interesa es perpetuarse en el poder a cualquier precio.
Y para colmo el autor es totalmente pesimista en el sentido de que esto se pueda arreglar, pues los partidos ni quieren y tal vez ni pueden hacerlo, ya que este tipo de políticos les son muy útiles y solo chillan y hacen aspavientos cuando les perjudican sus acciones y no dudan en darle cobijo y justificación cuando les beneficia, como es el caso de los transfugas. Han creado una ley antitransfuguismo que todos están muy interesados en que se cumpla cuando el transfuga es de su partido y se va al contrario y su interés por el cumplimiento es nulo cuando el caso es a la inversa.
Para el autor,la sociedad, que tanto critica estas acciones en tertulias tabernarias, es también culpable y su falta de conciencia democrática hace posible estas poco honradas prácticas. Es tal la permisividad de esta sociedad con la corrupción,que en los ayuntamientos donde estas personas corruptas campan a sus anchas,se han hecho hasta manifestaciones de apoyo a muchos corruptos cuando han sido tan grandes sus fechorías que han terminado en los juzgados.
En fin puede ser un libro interesante y como único handicap tiene que es de tal realismo social, que su argumento nos sorprenderá muy poco por tenerlo delante de nuestras narices continuamente.