martes, 14 de diciembre de 2010

CUANDO MUEREN LOS FAMOSOS TODO EL MUNDO LO LAMENTA.........

Esta estrofa se incluía en unas sevillanas de hace unos años, que razón llevaba el autor de esta letra y cuantas tonterías hay que escuchar, cien mil veces por lo menos, por parte de autoridades, famosos, famosillos y conocidillos, cada vez que muere alguien con notoriedad.
Hay que escuchar siempre las mismas frases huecas y estereotipadas de que si son personas insustituibles, que si dejan un hueco imposible de llenar, que si era una persona irrepetible, que es una gran pérdida para el país, comunidad autónoma, provincia o pueblo, que si eran amigos de sus amigos, esta última la mas tonta y hueca de todas, porque a ver que se quiere decir con eso.
Cualquier persona, pobre o rica, famoso o desconocido, hombre o mujer, es insustituible como ser humano que es y supone una gran pérdida, sobretodo para su familia y amigos. Los hijos o hijas, los maridos o mujeres, los nietos o nietas, de famosos estarán como mucho lo mismo de destrozados que los hijos o hijas, los maridos o mujeres, los nietos o nietas, de cualquier persona anónima.
A que viene, por lo tanto, tantas alaracas y tantas chuminadas cuando muere un famoso. Cuando murió Paquirri, parecía que la Pantoja era la primera mujer en la historia del mundo que se había quedado viuda, por supuesto que estaría destrozada, pero no mas ni menos que cualquier mujer que hemos visto quedarse viudas en nuestro pueblo con esa edad e hijos pequeños y así un montón de ejemplos que hemos visto. Ahora con la muerte de Enrique Morente se vuelve a repetir el mismo y absurdo ritual, por supuesto que sus hijos y familia estarán destrozadas, pues lo mismo que los hijos y familia de cualquier hijo de vecino, lo que pasa es que estos últimos son los del resto de la estrofa aquel que termina diciendo "cuantos pobrecitos mueren y nadie los tiene en cuenta".
Sobre lo de figura insustituible para el flamenco, pués eso estarán diciendo también todos aquellos puristas que en su momento se rajaban sus vestiduras y despotricaban de él, cuando tuvo el "atrevimiento" de hacer esas innovaciones que hoy alaban. Como siempre, pura hipocresía, ganas de chupar un minutito de cámaras y aquello del refrán de "cebada al rabo del burro que ha muerto y en vida, ni agua" tan propio de este puñetero país.

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