Cajasur cambió de dueño y muchos próceres cordobeses han hecho ya su particular peregrinación a Euskadi. Todos vuelven muy contentos, políticos, sindicatos etc., o por lo menos eso es lo que nos quieren transmitir y me pregunto yo ¿a que viene su alegría? a que le han dicho que no se preocupen que ni ellos, ni sus enchufados van a salir perjudicados, ya que si no es por eso, ¿a cuento de qué esta?.
Todos ahora, parecen que comprenden que la plantilla de Cajasur esta sobredimensionada y ya nos están haciendo el cuerpo a que tendrá que reducirse, vamos que va a haber bajas, nos las quieran disfrazar de lo que nos las quieran disfrazar, que era lo mismo que decía Unicaja, pero en menor número, cuando pretendía la fusión y muchos se le tiraron al cuello.
¿Cual es la diferencia ahora? Los que tanto se oponían, poniendo por delante esta excusa, no tenían otro objetivo que el Patrimonio de Cajasur no se quedara en Andalucía porque eso iba en contra de sus intereses políticos y una vez conseguido este objetivo, no tienen ningún inconveniente en quitarse la careta y demostrar que el futuro de los trabajadores de Cajasur, en general, les importaba un comino, en todo caso les importaría un poco el de sus familiares y colegas allí colocados a dedo y estos seguro que no entran en los excedentes.
Al final va a resultar con Cajasur igual que en el cuento aquel en el que al envidioso le ofrecieron lo que quisiera, pero con la condición de que al otro le darían el doble de lo que el pidiera y pidió que le sacaran un ojo y quedó tan contento.
jueves, 22 de julio de 2010
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