En la madrugada de tal día como hoy, 16 de Noviembre de 1989, hace veinte años un escuadrón del ejército salvadoreño asesinaba a seis religiosos jesuitas, una trabajadora y su hija de 15 años, de la Universidas Centro Americana (Ignacio Ellacuría (rector), Segundo Montes, Ignacio Martín-Baró, a por ellos es a por quienes iban, pero como no podían quedar testigos de paso asesinaron también a Amando López, Juan Ramón Moreno, Joaquín López, Julia Alba y Celina Ramos).
Estas personas, (los tres primeros claro, los demás es que estaban en un mal sitio en un mal momento) habían cometido el mismo delito que diez años antes Monseñor Oscar Romero, que no era otro, que el de estar del lado de los pobres y en contra de los intereses de los 15 0 20 caciques que dominaban toda la economía de El Salvador.
Se imaginan ustedes la que se hubiera armado y sobretodo la que hubieran armado los yankis y la Santa Sede, si estas personas hubieran sido asesinadas por el ejército de un país, sin el beneplácito de ellos, por ejemplo por el ejército cubano y por supuesto si estas personas no hubieran sido jesuitas auténticos, no como alguna oveja (jesuita) descarriada que pasta últimamente por la conferencia episcopal española.
Hoy al cumplirse veinte años, los yankis desclasifican una parte de los documentos de la CIA en los que reconocen que estaban enterados de que iban a asesinar a estas personas, (esto en cualquier sistema jurídico se llama "cómplicidad en asesinatos") hombre les habrá dado vergüenza reconocer que ellos estaban implicados directamente en los asesinatos, que es lo que todo el mundo da por seguro, desde que estos asesinatos se cometieron.
Tampoco está mal recordar que todos estos militares y gente de extrema derecha se consideran y son considerados por los estamentos de la iglesia, católicos de la mas vieja escuela y tradición.
lunes, 16 de noviembre de 2009
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