Parece ser que la única ocupación de los grandes prebostes de la iglesia católica es estar al tanto de cualquier innovación en la sociedad, para sistemáticamente oponerse, basándose para ello en cualquiera interpretación a su conveniencia de palabras sagradas, tradiciones u lo que sea, con tal de poder arrimarle el ascua a su sardina. Da igual que esa interpretación suponga para la historia de su iglesia una contradicción, aquí lo importante es oponerse, es lo mismo que sea a la ciencia (en este campo ya han tenido bastantes cagadas, es igual, no escarmientan), a los progresos en libertades y costumbres rancias de la sociedad que ellos patrocinaban (también con bastantes cagadas por su parte, sobretodo porque no le hacen caso ni los suyos).
Ahora resulta que también están en contra de la incineración o por lo menos no están muy de acuerdo, pese a que Pablo VI en su momento la aprobó o por lo menos dijo que no era contraria a la doctrina católica. A este respecto se han pronunciado varios obispos y está preparando el Vaticano una directriz a seguir para el entierro del buen católico, un ejemplo de estos obispos es el obispo auxiliar de Oviedo Raul Berzosa que en unas declaraciones dice: hay que enterrar el cadaver en tierra porque creemos en la resurreccón de la carne y porque el cuerpo humano es el templo de Dios. No solo se contradice con lo que es su doctrina oficial, sino que poco menos que acusa a la iglesia católica de haber quemado muchísimos templos de Dios, o es que no está puesto este personaje en la historia de su iglesia. A buenas horas viene este conque no se puede quemar el cuerpo humano porque es templo de Dios, después de haberse hinchado de poner a personas en una pira u hoguera y después meterles fuego, claro que estos a lo mejor no cuentan porque no los quemaban cadáveres, sino vivos y de templos de Dios vivitos y gritando de dolor no habla para nada este obispo auxiliar de Oviedo.
domingo, 8 de noviembre de 2009
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