Ha llegado la recolección de la naranja, tiempo esperado por los trabajadores después de casi tres meses de escaso trabajo y se encuentran con que los grandes empresarios agrícolas están trayendo trabajadores inmigrantes de cualquier sitio de España, pagándoles muy por debajo de lo estipulado en el convenio del campo y sin tener en cuenta lo que es la jornada laboral.
Esta no es una actitud nueva en la patronal, que de siempre ha intentado que sus beneficios engorden a base de explotar a los trabajadores y después dejan escapar los grandes beneficios por su ineptitud y falta de preparación.
Como consecuencia de esta actitud hemos visto en Palma del Río ayer y hoy una cantidad de guardias civiles que no se veian desde tiempos de D. Miguel, guardias civiles que luego dicen no disponer para conseguir la seguridad ciudadana, que por mucho que digan los robos, el salvajismo y el comercio de drogas no hace sino aumentar en Palma del Río y parece que para unos trabajadores que solo piden que se repeten sus derechos, no hay límites en el número de fuerzas de seguridad.
Que lástima que estas cosas pasen con un gobierno socialista, en una comunidad autónoma de gobierno socialista perpetuo, en un pueblo con un ayuntamiento socialista también prepetuo. Gobiernos socialistas todos estos que pierden el culo para darles subvenciones a todos estos empresarios y no son capaces de exigirles como mínimo que cumplan con la legislación vigente, no olvidemos, por ejemplo, la prohibición que tiene Pascual sobre actividad sindical en su empresa y otras cosas que han hecho de Palma del Río un pueblo que se ha quitado su fama de conflictivo, según palabras de su anterior alcalde Salvador Blanco, palabras estas que parecían indicar que lo importante es que no fuera conflictivo, no que fuera justo.
También eran comprensibles estas palabras en este alcalde "socialista", al fin y al cabo, con quien se reunía a comer todas las semanas era con los mayores señoritos de Palma y no con los trabajadores.
Pero en fin, ahora tenemos otro alcalde y lo único que a este le podemos pedir los ciudadanos trabajadores de Palma es que no se le conceda ni un céntimo mas de dinero público a estos empresarios ni a Palmanaranja, asociación que los reune todos, productores y transformadores, que lo único que les interesa es que con dinero público se promocionen sus empresas y explotar a los demás ciudadanos dos veces.
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