martes, 26 de abril de 2011

OTRO DÍA DE EFEMÉRIDES

Como casi todos los días del año, el 26 de Abril también es día de efemérides. Dos son las mas significativas por la repercusión que en su día tuvieron: Se cumplen setenta y cuatro años del bombardeo de Guernica por la Legión Condor alemana y la Aviación Legionaria italiana y también se cumplen veinticinco años del accidente nuclear mas importante hasta ahora de la historia, el accidente nuclear de Chernóbil.
El bombardeo de Guernica, como hemos dicho anteriormente realizado por la aviación alemana e italiana que apoyaban a los militares golpistas, dejó un número indeterminado de víctimas, que varía según la ideología de las fuentes; una ciudad, Guernica, totalmente destruida por el bombardeo y los posteriores incendios; un cuadro de Picaso, El Guernica, que expuesto en la Exposición Internacional de París en 1937 pasó a convertirse en un símbolo mundial de los desastres de la guerra y un anticipo de lo que acontecería en Europa unos años mas tarde.
La explosión de Chernóbil, ocurrida por errores de los técnicos en un simulacro de emergencia, dejó también un número indeterminado, pero mucho mas numeroso, de víctimas; muchísimos kilómetros cuadrados de tierra inutilizable durante muchísimos años; secuelas en la población que durarán generaciones y generaciones; un aviso para la humanidad del peligro de "jugar" con una energía incontrolable, que puede terminar no solo con todos ellos sino también con la vida en este planeta.
Pese a que el Guernica se convirtió en un símbolo de los desastres de la guerra y la explosión de la central nuclear de Chernóbil en un aviso para la humanidad, esta humanidad no ha asimilado ninguna de sus lecciones y en el caso de la guerra, hoy, setenta y cuatro años después, se siguen produciendo estos mismos horrores, pero elevados a una potencia altísima y veinticinco años después de Chernóbil seguimos jugando con "ese fuego" que se seguro terminará quemándonos a todos, como ejemplo mas cercano tenemos Fucushima.
En definitiva, que como viene siendo habitual en el ser humano, este está dispuesto a tropezar las veces que haga falta con la misma piedra, sin importarle lo mas mínimo los avisos, ni las consecuencias.
¿Racional? por los cojones.

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