domingo, 17 de enero de 2010

LOS VOTOS COMO EL AMOR HAY QUE CUIDARLOS DÍA A DÍA

Cuando nos enamoramos estamos siempre pendientes de nuestra pareja, a veces hasta resultamos empalagosos y hartibles. Esta atención suele ir disminuyendo con el tiempo, normalmente en una proporción directamente inversa con la seguridad de que ya está todo seguro.
Una cosa parecida les pasa a los políticos con sus votantes, sobretodo cuando estos les han demostrado su fidelidad a lo largo del tiempo. Aunque con los políticos las zalamerías y la atención tienen un período de caducidad cada cuatro años, por lo tanto durante treinta o cuarenta días cada cuatrienio, se comportan como recientes enamorados para inmediatamente pasar olímpicamente de sus votantes.
¿Que pasa con estas actitudes?, pues que como todo en esta vida tiene un límite y aunque por mucho que sea el amor, este necesita unas atenciones diarias y si no recibe este cuidado termina por marchitarse. Cuando nos vemos abandonados, entonces hacemos todo lo posible por revivirlo y puede que nos den varias nuevas oportunidades, pero hasta la capacidad de dar nuevas oportunidades tiene su fin.
El resultado es que cuando nos damos cuenta, nuestra pareja se ha buscado otra persona que puede ser igual o peor que nosotros, pero por lo menos todavía no ha sufrido desengaño ninguno por parte de ella y de repente nos damos cuenta de que por el momento no podemos hacer nada, que lo teníamos que haber hecho antes.
Esto según unas últimas encuestas es lo que le ha pasado al PSOE con Andalucía, una comunidad que le ha demostrado una fidelidad sin igual, dándole multitud de oportunidades a lo largo de toda una vida democrática. A esta fidelidad, el PSOE ha respondido como el amante que está tan seguro de su encanto que cree imposible que su amante pueda dejarle. La ha engañado, la ha estafado, le ha dado a otras comunides multitud de prebendas y se las ha negado a Andalucía. Lo último el pago de la deuda histórica en solares, cuando estos valen menos y nadie los quiere, vamos como si a los esquimales se les paga una trampa en frigoríficos.
Cual no será la desesperación de Andalucía, si está dispuesta a echarse en manos del Sr. Arenas (para nosotros "el ajo") que en el pasado la ha maltratado, despreciado y ninguneado y que parece que gracias a su labia, tan falsa como un billete de 300 €, la está sino conquistando por lo menos convenciendo para que se eche en sus brazos.

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