Voces de cambio sonaron a lo largo del Guadalquivir y lo pregonó Javier Arenas Bocanegra sin saber que a dos años vista esto no se puede producir.
Javier Arenas Bocanegra, moreno de rayos UVA, no de verde luna, que ese era el lorquiano Antoñito el Camborio, eterno segundón, se quiere ahora erigir en la gran esperanza blanca de Andalucía. Poseedor de la varita mágica que va a solucionar todos nuestros problemas. Lástima que no la tuviera cuando era miembro del gobierno de España y le negara a Andalucía hasta la subvención estatal para el mas de un millón de habitantes que residían en Andalucía de mas, por el aumento del censo.
A estos ciudadanos, este señor que ahora tanto se desvive por Andalucía y sus colegas del PP, les negaban hasta la existencia.
Pero así son los señoritos andaluces, son los que mas quieren a su tierra, pero sus negocios y sus dineros los tienen en otras comunidades. Estos individuos lo único que han hecho por Andalucía es contribuir al tópico de que aquí siempre estamos de juerga y de romerías y chuparle hasta la última gota de sangre al resto de andaluces.
Así que si Santa Democracia quiere que lleguen al poder, que le vamos a hacer, los sufriremos como ahora estamos sufriendo a esos otros nuevos señoritos del PSOE, porque para desgracia nuestra, Andalucía está entre dos barrancos y lo único que puede elegir es si se tira por un lado del precipicio o por el otro. Ninguno les va a ofrecer un camino para salir del precipicio sin que se estrelle.
martes, 19 de enero de 2010
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