CONTENEDORES HASTA ARRIBA DE CAJAS DE JUGUETES

Resulta un poco contradictorio que nos llevemos todo un año hablando de la crisis, de lo malo que ha sido el año 2009, del montón de personas que han engrosado las listas del paro y llegan las fiestas navideñas y parece que el dinero surge de las piedras.
Nos encontramos con grandes almacenes a rebosar de clientes, comprando todo lo habido y por haber, buscando los regalos de moda. No nos extrañamos ni hacemos ascos a hacer una cola de mas de 100 números para comprar el dichoso anillito de Tous y por supuesto sin hacerle mucho caso al precio que se les hayo ocurrido ponerle, lo importante es conseguir el regalo de moda.
Al igual que los grandes almacenes y centros comerciales, abarrotamos tambén todos los restaurantes, cafeterías de nuestra ciudad y todas las del entorno. Los del gremio de la hostelería se quejan de que si bien hay mucha gente, esta consume bastante menos y puede ser que lleven razón pero eso solo lo sabrán ellos que son los que tienen acceso directo a la caja diaria. Ahora bien, donde no hay engaño es en él gran número de cajas de juguetes que estos días abarrotan y desbordan todos los contenedores.
Si cogiéramos una calculadora y fuéramos sumando, aunque fuera a vuelapluma, los importes de todos los juguetes que han contenido estas cajas, nos sorprenderíamos al darnos cuenta del dinero que hemos dilapidado, solo en juguetes. Juguetes que nuestros niños, el que mas y el que menos, tienen en demasía y como les pasa a las personas que tienen mucho de todo, ni valoran lo que tienen ni disfrutan de ello.
No se cuando vamos a cambiarnos el chips y una de dos o nos lo cambiamos para adaptarnos a las circunstancias de crisis que decimos que tenemos o nos lo cambiamos para dejar de quejarnos de lo mal que está la "cosa" durante todo el año, salvo los períodos de vacaciones y fiestas.
Vamos a ser coherentes con las circunstancias, porque puede pasar que si llega a ser la situación tan dificil como decimos, hayamos para entonces dilapidado todos los recursos posibles y tengamos realmente que "roernos los codos".