jueves, 9 de septiembre de 2010

INTEGRISMOS

Siempre se ha dicho que de aquellos polvos vienen estos lodos, y los lodos que ahora nos están viniendo son lodos integristas de todo tipo: integrismos políticos, integrismos religiosos, integrismos racistas......
Nos llegan noticias amplificadas del pastor Terry Jones de los co..... que sigue en sus trece de quemar coranes el próximo 11 de septiembre y digo amplificadas porque una chifladura como esta sin voceros que la difundan se queda en una capullada de nada, pero cuando en aras de una mal entendida libertad de prensa se le da pábulo y cobertura mundial a un carajote de esta calaña, el redultado y las consecuencias pueden ser inimaginables.
No olvidemos que enfrente se encuentran otro montón de chiflados, tan carojotes como este y dispuestos a todo con tal de lavar con sangre la afrenta que este individuo les hace. Lo peor del caso es que la afrenta no la lavaran con la sangre del provocador, que todavía se podía considerar un favor que le hacen a la humanidad, sino que la harán con la sangre de inocentes, como los que quisieron lavar la afrenta que el gobierno español hizo con la participación en la guerra de Iraq con la sangre de un montón de inocentes, que de seguro muchos de ellos se manifestaron en contra de esta guerra en la que el "chiquilicuatre" de Aznar se empeñó en meternos.
Al mismo tiempo nos llegan noticias de que el gobierno español está estudiando no renovarles el permiso de residencia a una serie de dirigentes integristas musulmanes que predican en sus mezquitas la guerra santa y coaccionan a toda la comunidad musulmana para que cumplan la saría o ley islámica.
Lo curioso del caso es que todos estos integrismos son el resultado de una también mal entendida permisividad como consecuencia de una dejadez de las autoridades hacia el cumplimiento de las leyes democráticas nacionales. No hay tradición ni leches que esté por encima de las leyes, máxime cuando estas "tradiciones" chocan frontalmente con ellas y los derechos que estas leyes nos dan, ganados a pulso casi siempre, son totalmente contrarios a estas "sus tradiciones". No podemos consentir por mucha tradición, ni respeto a costumbres cosas tan irracionales como lapidar a una adúltera, o hacer la ablación de clítoris a jóvenes que vivan en territorio español, sin embargo nadie les debería objetar nada sobre sus rezos, su forma de preparar la carne para ser comida, incluso ni sobre las prendas de vestir que deban llevar libremente.
Se tiene que conseguir que en un estado que se define como aconfesional, las leyes que emanan del parlamento estén por encima de conceptos religiosos, sean de la religión o de la etnia que sean y al que no la cumpla que no le sirva de nada escudarse en algo tan etereo como puede ser la tradición o la cultura, tal como estos interpretan esa tradición o esa cultura.

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