sábado, 11 de septiembre de 2010

COMPAÑERO PRESIDENTE

Trabajadores de mi patria: Tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse.
Sigan ustedes sabiendo, que mucho mas temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile¡ ¡Viva el pueblo¡ ¡Vivan los trabajadores¡.
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano.Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.

Con estas palabras, transmitidas por Radio Magallanes cuando eran poco mas de las 10 de la mañana de aquel nefasto 11 de Septiembre de 1973, Salvador Allende se despidió de los chilenos, sabiendo, porque así lo había elegido, que del Palacio de la Moneda no saldría con vida.
Se produjo el golpe de estado de Pinochet y parte del estado mayor de los ejércitos y para muchos chilenos llegaron tiempos de torturas, muertes y exilio y para otros tiempos de rapiña y enriquecimiento a costa de la sangre de sus conciudadanos. Este golpe de estado es la culminación de toda una serie conspiraciones no solo de los oligarcas chilenos, sino tambien de la CIA y del gobierno norteamericano que desde que vió la posibilidad de que Allende consiguiera el poder, estuvo preparando planes para evitarlo. Planes a los que el gobierno yanki capitaneado por Nixon dió los nombres de Track One y Track Two, el primero no pudieron llevarlo a cabo y el segundo solo a medias, este último consistía en crear el caos para que interviniera el ejército, para ello intentaron secuestrar a Rene Schneider (comandante en jefe del ejército chileno y militar ejemplar) el 22 de Octubre de 1970, este se resistió y recibió un disparo, siendo abandonado por los secuestradores y muriendo tres dás despues en el Hospital Militar.
Fracasados los dos planes de la CIA para evitar que Allende fuera elegido presidente no tuvieron mas remedio que tragarselo, no obstante y hasta que lo consiguieron no pararon de conspirar hasta el desgraciado día 11-9-73.
Comenzaron entonces, como hemos dicho antes, para muchos chilenos días de sangre, torturas y muerte, para algunos en los días inmediatos como para el recordado Victor Jara, para otros en los meses siguientes con lo que se llamó "caravana de la muerte".
Para muchísimos comenzó el exilio, intentando escapar de la represión y ni aún así algunos consiguieron evitarla como el general Carlos Prats, asesinado junto a su familia en Buenos Aires en 1974 mediante una bomba puesta en su auto por Michael Townley ciudadano norteamericano agente de la DINA (servicios secretos chilenos) que junto con otros servicios secretos habían creado la llamada "Operación Cóndor" para eliminar, en cualquier pais a los opositores, o como Marcos Orlando Letelier, asesinado en Washington DC en 1976, utilizando el mismo método y por el mismo individuo que al general Prats, onde días después de que el gobierno golpista le retirara la ciudadanía chilena y tambien dejó unas palabras con las que quiero terminar el recuerdo de este 36 aniversario de aquel 11 de Septiembre. Hoy es también otro aniversario, pero de ese otro seguro que escriben y lloran muchos, en fin que cada uno llore y recuerde a los que siente mas cercanos.

Se me ha privado de mi dignidad de chileno, pero yo quiero que ustedes sepan que yo soy chileno, nací chileno y moriré chileno. Ellos los fascistas, nacieron traidores, viven como traidores y serán recordados siempre como fascistas traidores. Marcos Orlando Letelier del Solar.

Esta entrada realizada en este blog hace justamente un año sigue y seguirá por siempre siendo válida y en la historia chilena, sudamericana y mundial el día 11 de septiembre será recordado por la traición realizada por aquellos militares salvapatrias, sanguinarios y corruptos y por la conducta ejemplar del Compañero-Presidente Salvador Allende Gossens, que acertadamente decidió quedarse en el Palacio de la Moneda y no cayó en la trampa que intentó tenderle el golpista Pinochet de ofrecerle un avión que lo sacara del país y que según conversaciones sacadas a la luz tiempo después pensaban derribar en el aire y decir que había intentado huir.
Aunque en aquel momento los golpistas triunfaron, lo que supuso torturas, muerte y exilio para un gran número de chilenos, estos perdieron la batalla de la historia tal y como vaticinaría Marcos Orlando Letelier del Solar, otra de sus víctimas aunque en el momento de su asesinato se encontrara exiliado en Estados Unidos. El gobierno de Estados Unidos y sus servicios de inteligencia estuvieron implicados hasta la médula en el golpe de estado de Pinochet bajo la batuta de su embajador Nathaniel Davis, hasta tal punto que no tuvieron ningún inconveniente en permitir la tortura y asesinato del ciudadano norteamericano Charles Horman, esto que hubiera bastado para justificar una intervención militar yanqui en cualquier país que no consideraran "amigo", en este caso fue consentida entre otras cosas porque Charles Horman era un testigo molesto de la implicación de norteamericanos en el golpe, sabía demasiado y lo peor es que sabían perfectamente que estaba dispuesto a contárselo al mundo. La detención, tortura y asesinato de este joven testigo molesto norteamericano está perfectamente relatada en la película Missing del director griego Costa-Gavras.

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