Lo que no pudo la dictadura a pesar de la dura represión lo está consiguiendo el tiempo. Este enemigo inexorable e implacable está acabando con los últimos luchadores contra la dictadura franquista, una estirpe de hombres duros, disciplinados, que fueron luchadores de verdad y estaban dispuestos a jugarse lo que fuera necesario para expresar y difundir sus ideas políticas cuando ser político "comunista" te cerraba todas las puertas salvo las de la carcel, que eran las únicas que en esos tiempos cualquiera que discrepara de la política oficial sabía que tarde o temprano se le abrirían.
Uno a uno la biología o el tiempo está derribando a estos hombres, fuertes, inmutables y duros como robles en sus ideas, pero a los que la cuerda de su reloj biológico se les está acabando inexorablemente.
En poco tiempo hemos visto como sucumbían Manuel Caro (Manolito Salazar), Emilio Arroyo (Rufino) y hoy mismo le hemos dicho adios a José Cuevas Castro (Pepe Cuevas).
Cada día van quedando menos de estas personas-símbolos y lo peor es que con ellos no solo desaparecen grandes luchadores, sino que con ellos se va también la memoria viva de un tiempo que aunque idealizado y frivolizado por unos y otros, solo ellos conocían realmente su dureza y dificultad. Solo ellos, porque fueron los que realmente lo sufrieron en toda su crudeza y no el montón de advenedizos, que lo mismo que muchos animales de Rebelión en la Granja, presumían de haber estado en todos los fregados, sin que nadie los hubiera visto salir de un agujero hasta que las cosa no estuvieron mas o menos seguras.
Estos hombres y otros como ellos que aún quedan, son los únicos que podían y pueden dar testimonio histórico de un tiempo en que la historia oficial solo se acordaba de ellos para reprimirlos y encerrar sus cuerpos y sus ideas, con el único fin de silenciarlos cosa que evidentemente no consiguieron.
Sirvan estas letras para rendir un pequeño homenaje a todas aquellas personas, casi todas hoy ya bastante mayores, que como estos hombres, aunque mas en la sombra, tuvieron el valor y el coraje de defender sus ideas en tiempos en que eso era casi peor que un crimen y que desgraciadamente su ejemplo no es conocido por las generaciones que han recogido el fruto de su lucha.
miércoles, 2 de junio de 2010
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