Los jerarcas católicos frente a la avalancha de pruebas que se les ha venido encima, han optado por defenderse contraatacando, postura muy propia de gente "endiosada" que han estado acostumbrados a perpetrar todo tipo de barbaridades sin que nunca se les haya pedido ningún tipo de responsabilidades. Lo malo de este asunto es que la situación ha avanzado un poco con respecto a la Edad Media, en que ellos se creen todavía anclados y aunque tarde, sus víctimas se han dado cuenta de que es el momento en que la sociedad está dispuesta a escucharlos y han visto el momento de revelar de que forma unos curas pederastas con la complicidad de sus superiores les han arruinado la vida.
Frente a todo tipo de barrabasadas cometidas, se han dado cuenta de que estas denuncias incómodas pueden mover los cimientos de una institución que se creía intocable (tendría gracia que les pasara como a Al Capone, que después de tantos crímenes cometidos terminó en la carcel por un asunto "menor" como fue la evasión de impuestos) y no han visto otra forma de defenderse que atancando a quienes los atacan, aunque con tan poco éxito como inoportuno, inconsistente e inapropiado es su argumento, como ejemplo tenemos el que ha esgrimido (precisamente el Viernes Santo) el Predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, leyendo una supuesta carta de un amigo judio, comparando la "persecusión" a la que está siendo sometida la iglesia con el antisemitismo, habrá que tener cara dura y poca vergüenza.
Todos sabemos las consecuencias que tuvo el antisemitismo en Europa y la actitud pasiva y complaciente de la iglesia católica. ¿Donde estaba Pio XII cuando deportaban a los judios, no digamos ya polacos o alemanes sino italianos?.
Que relación o similitud tiene una cosa con otra, ni aunque hubiesen gaseado a todos los curas pederastas ahora denunciados, ninguna, pues si este hubiera sido el caso de estos últimos, ellos por lo menos eran culpables de algo, no siendo ese el caso de los muchísimos judios que fueron asesinados y cuyo único delito era su raza.
Dejen ya de decir pachochadas, tomen el toro por los cuernos y asuman sus responsabilidades directas, no ya las responsabilidades de todos los crímenes de la iglesia católica, sino aquellas en las que ustedes mismos han incurrido y si el hoy Benedicto XVI fue complice de estos delitos, que deje el trono de Pedro y vaya a expiar sus culpas donde le parezca, y se lleve de paso con él a todos los delincuentes y encubridores que esten vivos, ocupen o no cargos de importancia en esa gran empresa. Si hicieran esto verían como decrecerían bastante las denuncias contra la iglesia católica y hasta puede que entrara aire fresco en esa institución tan rancia como corrompida.
sábado, 3 de abril de 2010
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