miércoles, 19 de octubre de 2011

ACCESIBILIDAD

En una reciente conversación con un conocido, que para su desgracia tiene que circular por Palma con una silla de ruedas, este me comentaba que, a pesar de tanto hablar de la accesibilidad, circular por Palma en sus circunstancias seguía siendo una odisea.
Yo, que tanto había escuchado hablar de accesibilidad, no las tenía todas conmigo de que esto fuera así, hasta que este pasado lunes nos encontramos en la Caixa de la Avda. de la Paz y casualmente los dos íbamos para el ambulatorio, así que nos fuimos y volvimos juntos.
En este paseo me acordé de lo que me había comentado en su día y le dije: no se de qué te quejas, te han preparado todos los finales de acera con acceso para tu silla; ahora cuando lleguemos al ambulatorio tienes tu ascensor; han hecho rampas para acceder a todos los edificios públicos etc, etc. A todas estas afirmaciones mías el asentía y me daba la razón, me decía que era cierto que parecía que se estaban concienciando tanto a nivel local como autonómico sobre los problemas de los minusválidos que van en silla de ruedas, que ahora estas cosas se tienen en cuenta a la hora de diseñar nuevos edificios y se está haciendo lo posible con las construcciones anteriores pero..........
Entonces empezó a señalarme como a pesar de esto, para él y para cualquiera en su circunstancia seguía siendo una odisea moverse por Palma y ahí empezaron y no terminaron los peros.......... a pesar de dedicarles un buen rato de charla cuando ya terminamos el recorrido común y cada uno tenía que tirar para su casa.
Entre estos peros estaban:
* Coches aparcados en las mismas esquinas donde estaban las rampitas para las sillas de ruedas.
* Debido a las contínuas obras, la mayoría de estas rampitas ya no terminaban a la misma altura del suelo de la calle, con el consiguiente peligro de poder caerse de boca en alguno de estos resaltes.
* También debido a las contínuas obras, recientemente muchas calles han sido atravesadas por una zanja, que al no rellenarse en condiciones al poco tiempo presentan una concavidad bastante pronunciada, lo que hace que la silla de ruedas y su ocupante se desequilibren de una forma peligrosa.
* Que al hacer las rampas de acceso a edificios, no consultan con los afectados y algunas parecen verdaderas montañas rusas, me señaló la que da acceso al edificio de los bombos que según él, si no le tienes cogido el tranquillo puedes terminar con tu silla en mitad de la Avda. de Santa Ana y dijo que ya chungo, chungo, si ibas con muletas.
* Otro pero, que a él ya no le afectaba tan directamente desde que lleva la eléctrica, son las cacas de los perros. Imagínate me dijo, que llevara la normal, la que tengo que frenar con las manos, como me pondría.
* Ahora el colmo de los peros fue cuando al ir charlando distraidamente llegamos a los nuevos accesos que han abierto en Aulio Cornelio, los que enlazan la urbanización que están haciendo donde va a ir el hospital con la citada avenida donde el colega casi cae de boca sobre el flamante alquitrán. Resulta que la rampita para que baje la silla, termina en un canalito, de unos diez centímetros de ancho, hecho de cemento para el desagüe del agua, lo que supone un gran peligro al bajar y poco menos que un imposible el volver a incorporarse al acerado con la silla.
Me dice, pues mira solo en un pequeño trayecto con las dificultades que me encuentro, muchas por el poco civismo de la gente y otras muchas por la dejadez de los responsables municipales de obras, que tendrían que supervisar lo suficiciente para que cuando terminaran una de estas dejaran los aledaños igual que estaban antes, y sobretodo lo que me pregunto es que de quién habrá sido la genial idea del puñetero canalito y a quién habrá consultado.
Supongo que el canalito terminará por llevar una rejilla metálica, pero por lo pronto no la tiene, está en pleno paso y al final o principio de la rampita, según el sentido en que circules. Supongo también que tal y como vamos en civismo, lo de los coches y cacas de perro, tiene una difícil solución. Supongo también que habrá quien piense que por una chorrada como esta, que afecta en Palma a muy pocas personas, ya estamos los bichejos de siempre sacando a la luz estas cosas con el único y maléfico fin de desacreditar a nuestra ciudad. Supongo, no mejor dicho, doy por seguro, que si alguien piensa así, es que no tiene ningún familiar o amigo con la desgracia de tener que utilizar constantemente una silla de ruedas.
*

1 comentario:

  1. Pues sí, son obviedades que hay que repetir hasta que nos hagamos conscientes de ello...
    Y no son tan pocas a las personas que le afecta.
    Salud

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