SOBRE CARNAVALES, MÁSCARAS Y MASCARONES

Ayer finalizó en España, en Andalucía y como no en Palma del Río con un gran número de máscaras, mascarones y demás fauna ibérica una nueva edición carnavalesca.
Las calles de casi toda España, de toda Andalucía y de Palma del Río también estaban atestadas de personas que lucían disfraces de todo tipo, unos mas elaborados que otros, unos mas ingeniosos que otros y muchos, muchos, de una sencillez que dificílmente se podrían distinguir de la vestimente habitual.
En Palma del Río en concreto había muchos de piratas, de payasos, de florecitas, de gatitos y gatitas, de series o programas televisivos, de princesas, de médicos y enfermeras, en fin de todos los "tipos" que para estas fechas nos venden en los establecimientos que abastecen de material para estas fechas (hasta para esto nos hemos vuelto comodones), aunque en este carnaval el "tipo" o los "tipos" que se han llevado la palma en toda nuestra piel de toro, los disfraces que un número mayor de españoles se han puesto de acuerdo en llevar en estos carnavales 2012 han sido sin duda dos, a saber: el disfraz de parado, con mas de cinco millones en toda España, de ellos cerca de un millón y cuarto en Andalucía; y el de chorizo en todas sus variantes, que aunque parezca increible ha superado en número al de disfrazados de parados (parecía que había menos por la falta de uniformidad en el disfraz), pero aseguran a ciencia cierta que ganaba el disfraz de chorizo con holgura.
La dificultad en el recuento estuvo en la amplia variedad de chorizos. Había chorizos peperos, estos se distinguían por la soltura y el descaro en llevar el disfraz, por ir todos a cara descubierta en la absoluta confianza de su impunidad y por estar algunos todavía "poco curados", viéndose a la legua que se lo habían confeccionado hace poco y a la carrera. Había chorizos psoeistas, estos se distinguían por la soltura con que llevaban el disfraz, se les nota también a la legua que no es el primer carnaval que lo utilizan, aunque contrariamente a los chorizos peperos, los chorizos pesoeistas eran mas recatados y ocultaban su identidad bajo una amplia variedad de antifaces, caretas e incluso alguna media universitaria de su mujer, novia u compañera sentimental, y sobretodo porque no había casi ninguno "poco curados", se ve que en su fábrica han hecho un "ERE", han quedado cuatro gatos y aún esos cuatro gatos no las tienen todas consigo y puede que dentro de poco queden uno u dos, por lo que no está "la cosa" para hacer gastos. Había otro grupo de chorizos, aunque en menos cantidad por razones obvias, entre los que se encontraban chorizos convergentes, chorizos IUqueros, una amplia variedad de chorizos suriburris que no vamos a detallar por sus distintos coloridos, aunque si queremos resaltar dos variedades: el chorizo tipo Tribunal Supremo con sus variantes autonómica y nacional; y el Chorizo Real o Chorizo Bobo (la variedad es Bobo, aunque se confunda con el apellido Borbón), esta última variedad, con poco tiempo en el mercado, se caracteriza porque a pesar de ser un chorizo auténtico, se hace el loco o la loca, no se entera de nada, ni siquiera de que les llueven los pedidos y los billetes morados, cuando que se sepa solo hay dos muestras fabricadas y porque son unos desobedientes que no hicieron caso al abuelo, que como el de la Casa Tarradellas tiene mucha mas experiencia en estos asuntos, coño son trescientos diez años de tradición ¡la madre que parió al Cardenal Portocarrero¡.