NO ME GUSTAN LAS FIESTAS NAVIDEÑAS, NADA , NADA

No se si será ya por la edad, porque uno ha sido siempre así de esaborio o porque nunca me han gustado las mentiras, ni la hipocresía, lo cierto es que hace ya mucho tiempo que no soy capaz de cogerle el gustillo a las fiestas navideñas, entre otras cosas porque para mí son el no va mas en cuanto a mentiras e hipocresía.
Comenzando por lo que nos han dicho que se celebra en estas fiestas (nacimiento de Jesús), otra gran mentira de las muchas con las que nos han querido hacer comulgar los altos prebostes de la iglesia, siguiendo por esa sonrisa hipócrita con la que todos pintamos nuestra cara estos días y terminando por ese consumismo sin freno, que hoy por las actuales circunstancias puede parecer todavía mas obsceno, aunque obsceno ha sido siempre.
Si hacemos una reflexión histórica, ninguna de las fechas o hechos que conmemoramos estos días están basados en hechos constatados, todo lo contrario, manipulados sin rubor alguno, para acomodarlos a las conveniencias de los que se autonombran, para vergüenza y escarnio del verdadero Cristo, continuadores de su mensaje.
Es imposible, según revelan las escrituras que Jesús naciera un 24 de diciembre, es imposible que Herodes pudiera haber matado a tantos inocentes, entre otras cosas, porque según los estudios de población de la época, tal número de niños reciennacidos es imposible que los hubiera en Belén y alrededores y por último en ningún pasaje bíblico se dice el número de Magos (tampoco en ninguno se habla de Reyes) que acudieron a visitar al niño en su pesebre siguiendo aquella estrella.
Si consideramos todo esto, tenemos como resultado que algo tan importante como es el nacimiento del Mesías y que se supone que debería ser la celebración mas importante de todo el cristianismo, está cimentado en un montón de mentiras de forma y fondo, y por supuesto alejado totalmente del mensaje de solidaridad, hermandad, justicia y verdad, que según los escritos que nos dejaron los que estuvieron mas cercanos a El en el tiempo, era el verdadero mensaje de ese gran personaje que fue Jesús de Nazareth.
Y no me hablen de los gestos de cara a la galería que algunos para apaciguar sus conciencias tienen estos días, que no cuelan, ni sirven para quitarles a estos días el tufo de cosumismo e hipocresía del que están impregnados.