martes, 4 de agosto de 2009

LA JUSTICIA, UN CACHONDEO Y GORDO

Hace ya años que Pedro Pacheco dijo que la justicia era un cachondeo, por poco si lo cuelgan, no se que diría hoy después del esperpento del tribunal de Valencia con respecto al sobreseimiento del caso Camps y los trajes.
Eso de que a las decisiones de los jueces hay que respetarlas, estará muy bien para los políticos que quieren quedar bien siempre, pero para cualquier ciudadano no creo que sea ninguna obligación, máxime cuando se conocen todos los trapicheos habidos y por haber en este caso, donde el presidente del tribunal es íntimo amigo del juzgado, donde el Sr. Trillo (otra vez el mismo que va por ahí de moralista) ha presionado hasta mas no poder para conseguir su objetivo, donde el PP se quejaba de que había filtraciones y han demostrado con ciertas actuaciones, que ellos eran los primeros a los que les llegaban las filtraciones, donde el tribunal no sobresee el caso porque no haya habido regalos, sino porque no ve que tengan relación estos regalos con los muchos trabajos que estas empresas recibían de la Generalitat Valenciana ya que eran de muy poca cuantía,(en fin lo de siempre que mi niña no es puta, porque cobra muy poco por acostarse con la gente).
Tengamos tambien en cuenta que el Sr. Camps ha negado por activa y por pasiva ante las cortes valencianas que los trajes fueran regalados, pero ya se sabe, para el PP mentir ante las Cortes y los Tribunales no es motivo de nada, recibir regalos de " poca cuantía" de empresas corruptoras tampoco. Yo recuerdo al principio de nuestra democracia, que a los políticos les preocupaba solo el hecho de salir criticados en los medios de comunicación, que con el tiempo se fueron acostumbando y haciendo mas ancha la manga a medida que se iban conociendo sus fechorías y como sigamos en este plan, no se adonde vamos a llegar con la permisividad sin que los ciudadanos digamos basta y dejemos de apoyar a gente sin escrúpulos, solo porque son de nuestra ideología.
Lo malo de esto es que llegamos siempre a la misma conclusión: cada pueblo, comunidad autónoma, nación etc, tiene el gobierno que se merece, por muy malo que sea y hay muy pocas excepciones que no confirmen la regla.

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