OTRO MUNDO ES POSIBLE

Otro mundo es posible, este lema es de las primeras cosas que se ve, cuando nos acercamos a Marinaleda. En este gran pueblo de la provincia de Sevilla y lo de gran pueblo no lo digo por su extensión, ni por su número de habitantes, poco mas de 2.500, sino por la grandeza de sus gentes, hombres y mujeres que un día decidieron que tenían que luchar por una vida digna o morir en el intento. Esto que a cualquiera le parecía cosa de locos utópicos, para ellos era cuestión de o nos machacan o conseguimos nuestros objetivos, con el resultado tan satisfactorio de poder haber visto gran parte de su utopía cumplida, porque una utopía que se precie, nunca se puede cumplir del todo, siempre hay que tener la suficiente altitud de miras para que esto no ocurra.
Muchas veces nos excusamos diciendo que nosotros como vamos a cambiar el mundo, tampoco hay que intentar cambiarlo todo, pero podemos cambiar ese trocito de mundo que tenemos mas cercano, acudiendo a la llamada de nuestros amigos, cuando tengan algún problema, preocupándonos por nuestros vecinos de calle, dejando de ser tan inaccesibles como ministros, que por muchas cosas que digamos que tenemos que hacer, nunca serán tan importantes como acudir a escuchar a un amigo/a cuando te necesite, visitar a tus padres mas a menudo o dedicarle mas tiempo a tus hijos. Si somos capaces de hacer esto, nos daremos cuenta, que sin nada de esfuerzo, ni de dinero, podemos hacer posible otro mundo, para las personas que tenemos mas cercanas y lo demás (la falta de tiempo, el individualismo egoista y demás pamplinas) son solo pajas mentales de las que nos hemos autoconvencidos para parecer alguien importante, cosa que en la mayoría de los casos en absoluto somos, salvo para las personas que nos quieren.